En algunos casos, este comportamiento puede ocurrir en recetas las que se tenga que hervir o cocinar a fuego lento en temperaturas de 95°C o mayores. Así mismo, en algunos casos, el aumento de la presión puede acumularse en el vaso durante la cocción a fuego lento o al cocinar en temperaturas de 95°C o mayores, lo que puede conducir a un derrame repentino e incontrolado de alimentos calientes, llegando a causar quemaduras en algunos casos. Las sopas, guisos y mermeladas siempre deben cocinarse a una temperatura no superior a 100°C. Para las recetas que requieran de una temperatura más alta, se debe usar el plato Varoma®, como se indica en la receta.